El señor Margarito nacido en el Estado de México, nos relata que él se dedicaba a la albañilería, trabajo que le permitió costear un terreno que empezaba a fincar para su familia, está casado con la señora Concepción con quien procreó dos hijos.
Él se autodefine como “un hombre antisocial y de carácter muy feo, antes de la enfermedad”, solía beber alcohol cada fin de semana, situación que lo tornaba algo agresivo, lo que le impedía llevar una buena relación con su esposa y sus hijos. En casa siempre hubo carencias, su esposa se dedicaba solo al hogar, él tenía todo el peso económico del hogar, hasta que le diagnosticaron la enfermedad.
Cuenta que no fumaba, tenía el vicio del alcohol solamente, sin embargo lo que le explicaron los médicos es que por su oficio estaba demasiado expuesto al asbesto, factor que influyó en el desarrollo de la enfermedad. Cuenta que sus compañeros de obra sí fumaban, situación que él también cree pudo tener algo de influencia en la formación del tumor.
Empezó con una tos intolerable, acudió a varios centros de salud así como farmacias, hasta que un médico le pidió se realizara una placa de tórax, cuando obtuvo la misma le dijeron que había una sospecha de malignidad, “fue una cubeta de agua fría” según relata, no sabía y sigue sin entender bien a qué se enfrenta, pero escuchó cáncer y de inmediato sintió que su vida estaba en grave peligro.
Llegó a INER por recomendaciones del médico general que lo atendió para que pudieran confirmar o descartar las sospechas, ahí después de varios exámenes confirmaron el diagnóstico, de ahí hacía acá hace dos años ya que la vida le cambió por completo. Su esposa ahora es la que mantiene el hogar, con bastante estrechez, pues no cuenta con instrucción académica por lo que recurrió a limpiar casas y lavar ropa ajena para obtener algunos ingresos.
El señor Margarito no cuenta con seguro de ningún tipo, por lo que al quedarse sin empleo, no recibe ningún recurso, a pesar de la adversidad aprendió a convivir con su enfermedad, valora más el amor de su familia, ahora es más amoroso con ellos, le duele ver a su esposa trabajar tanto para “medio vivir” como él nos dice.
Dejaron solo un cuarto construido que es donde viven cuatro miembros que conforman la familia, él mismo estaba construyendo su vivienda, ahora sin recursos y sin energía el terreno tendrá que permanecer así, vivir apretados como nos relatan ambos, pues no ven probable poder retomar los planes de construir la vivienda que habían planificado. Cosa que le pesa al señor Margarito que dice le hubiera gustado dejar mejor protegidos a los suyos.
Agradecen el apoyo de Respirando con Valor porque cambió el rumbo de su atención, al recibir la beca de despensa mensual y el apoyo de “mujeres emprendedoras” pudieron sacar adelante gastos de la enfermedad sin verse afectados en lo básico que es la alimentación.
Después de más de dos años de diagnóstico siguen luchando porque además de sobrevida el señor Margarito tenga calidad en ella.